Coronación (Artola)

Cristo del Amor (Fco Javier Moreno)

viernes, 2 de mayo de 2008

Expiración- Antonio Feijoo 1944

Antonio Feijoo


Portada

"Cristo de la Expiración" (1944)

Poderosa en su simbolismo y expresividad, poderosa en su interpretación. El propio autor la subtituló como "marcha religiosa", lo queda patente en todas las terminaciones de los pasajes, con las modulaciones típicas provenientes del gregoriano (modos I y II, principalmente). Los primeros compases son fulgurantes, con trompetas por un lado, bajos y metales por otro, sucediéndose en continua carrera para terminar brucasmente en un abismo al que van cayendo sin remisión. Este abismo se representa por el redoble de la caja durante dos compases, que van disminuyendo poco a poco. Al final del abismo, espera la muerte: los instrumentos más graves arrastras la melodía tétrica donde las haya, al que sirven de simple adorno los instrumentos más agudos. En un momento, cuatro notas de los trombones y fliscornos significan cuatro lamentos: ¡Ay, ay, ay, ay!, parecen decir. Esta rutina lúgubre y tenue agoniza en serie de notas unísonas de los bajos alternando octava grave y aguda que semejan el tictac de un reloj y simbolizan el paso del tiempo. De pronto, vuelve a surgir la fortaleza de las llamadas de los metales en la introducción y todos los instrumentos se van uniendo en un pasaje de ritmo endiablado y trepidante, como rebelándose ante la muerte y antes el tiempo, ante lo imposible. Incluso los instrumento más agudos se suman a la progresión en notas alocadas y saltando de octava a octava. Pero de nada sirve. Al tiempo, todo acaba nuevamente en calma y el tictac delos bajos siguen marcando el bateo inexorable del tiempo y continuará durante todo el trío. En efecto, durante el trío y sobre las machaconas notas del paso del tiempo, la madera inicia una melodía conformista y adormecida, mientras los bombardinos y saxofones tenores sorprenden con una contramelodía que iniciaron los bombardinos y saxofones y tenores y que ahora sigue la mayoría de la banda. Toda la banda menos las trompetas, que a lo largo de todo el trío protagonizan las llamadas más bonitas que se han escrito para marcha alguna. Unas llamadas de tres notas, siendo la segunda apoyo de la tercera. En los últimos compases ya no aparece el tictac del reloj. Todos los pasajes de la marcha terminan con estas notas pendulares de los bajos, pero el final no. En el final no aparece el triunfo del tiempo: una puerta a la ilusión.


Parte final del guión

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